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Foto del escritorSEMILLERO ETTY HILLESUM

Afirmar la vida, abrazar los destinos


El cuaderno décimo del Diario de Etty Hillesum no solo recoge bella y complejamente diversos temas que ya se habían enunciado en cuadernos precedentes, también vislumbra el ser de una mujer más madura, expandida, consciente y responsable de sí misma, de su contexto e incluso de Dios. Aunque la dualidad en su narración aún florece -hace parte de ella- es cada vez menos dramática. Todo va y viene, todo tiene su lugar y su justo tiempo.


Abrazar su seductora inestabilidad, convivir con ella sin que pese, es uno de los alcances del proceso personal-espiritual que Etty ha tenido. Desde líneas anteriores, hemos ido hilando en la lectura de su relato que aceptar ha devenido en una de sus principales actitudes ante de la vida. Encarnar este concepto le ha implicado la negación de una postura nihilista, derrotista, y la afirmación radical de la vida, la belleza y el Amor que están dentro, detrás y delante de todo, incluso en medio del horror que cada día parece más inminente.


Aceptar, abrazar, acogerlo todo tal y como aparece es una de las consignas que ha logrado transpolar de su proceso personal al contexto que tanta la acongoja. Cuando ve, siente y percibe el horror que viven afuera miles de judíos -de soldados también-, Etty elige la vida frente a la muerte porque en su proceso ha aprendido también a transitar la oscuridad, a elegir la luz en medio de las sombras. Vivir ha devenido en ser humilde ante lo que es, aunque duela, aunque a veces no parezca tener sentido y ni Dios pueda ayudar. ¿Es acaso esta actitud una rendición ante el destino?


Saberse dueño de sí mismo, asumir la vida con heroísmo, afirmar nuestra libertad implica ser conscientes de que por acción u omisión siempre se toma postura.

En innumerables ocasiones hemos advertido que Etty está al lado opuesto de la resignación, su afirmación de la vida es activa, libre; es consciente de que sin importar la crueldad de las circunstancias siempre es posible percibir belleza y ser bálsamo para otros. Su elección implica acción, movimiento, postura. ¿Por qué entonces hablar acá de destino? En las páginas del décimo cuaderno aparece al menos en cinco ocasiones este concepto; en una para referirse a sus sentimientos pasados por S. (6 de julio de 1942) y en las demás (7, 10 y 11 de julio de 1942) al referirse al destino común que tienen los judíos. ¿Cómo comprender entonces este concepto con relación a la aceptación y a la afirmación de la vida?


Antes de referirnos a estos apartados, es preciso hacer algunas acotaciones que pueden ayudarnos a ampliar la perspectiva de ello. Desde las primeras páginas del Diario percibimos que la postura de Etty es la de quien tiene el propósito de conocerse a sí mismo, de integrar dentro de sí aquello que necesita ser visto, nombrado y aceptado. Quienes hemos sido cautivados por la claridad poética de su relato, sabemos que uno de sus propósitos es ser honesta y consecuente con su sentipensar, lo cual implica tener el valor de cuestionarse, de corregirse y asumirse a sí misma, como quien debe aprender a ser padre y madre de sí mismo. Escudriñar en su abismo interior y acogerse en todos sus matices podría ser un propósito, el destino que ha trazadopara sí, por eso ha insistido una y otra vez en que es necesario empezartodos los días por uno mismo.


Entrar en sí primero, ser dueña de sí misma, examinar las profundidades de su condiciónhumana y desde allí forjar la sustancia parasalir al mundo,para ayudar a otros y a Dios; ese es el caminoque ha ido erigiendo al asumir su vida. Su consciencia social, global, universalha surgido de ello, del trabajo interno, ¿de dónde más podría venir la fuerza vivificadora de afirmar que tenemos dentro todo, a Dios, al cielo, a la tierra, a la vida, a la muerte y muchos siglos? Cavar el pozo profundo, hallar la fuerza interna como parte de su destino es lo que ahorale permite afirmary decirle a Dios con solidez:


"One thing is becoming increasingly clear to me: that You cannot help us, that we must help You to help ourselves. And that is all we can manage these days and also all that really matters: that we safeguard that little piece of You, God, in ourselves. And perhaps in others as well (…). You cannot help us, but we must help You and defend Your dwelling place inside us to the last… "(Sunday, 12th July 1942).


"Una cosa se está volviendo cada vez más clara para mí: que Tú no puedes ayudarnos, que debemos ayudarte para ayudarnos a nosotros mismos. Y eso es todo lo que podemos manejar en estos días y también todo lo que realmente importa: que guardemos ese pedacito de Ti, Dios, en nosotros mismos. Y quizás en otros también (...). No puedes ayudarnos, pero debemos ayudarte y defender Tu morada dentro de nosotros hasta el final... "(Domingo, 12 de julio de 1942).


La profundidad y la fuerza de la oración del 12 de julio en la mañana nos permite percibir la convicción que Etty tiene de ayudar a Dios, ¿es acaso este también su destino?, ¿convertirse en las manos deDios, ser defensora suya, del Amor y la belleza que emanan tambiénde La fuente Divina?


Sin que en estas acotaciones se halle explícitamente la palabra destino, es posible percibir resonancias, en la disposición de la autora holandesa, de sentir un llamado hacia ello. ¿Es acaso ese llamado un tipo de propósito superior, de destino casi otorgado?, ¿o es más bien esa convicción -de ser dueña de sí, de ayudar a otros y a Dios-, un camino consciente que ella ha ido forjando,ha elegido y que quiereatravesar hasta las últimas instancias?, ¿puede ser acaso una mezcla de ambas? En cualquier caso, ser bálsamo y migajas de pan partidoes aquello hacialo cual se siente inclinada.


Pese a que su afirmación de la vida es activa y su postura sea creativa, abierta e inclusoirruptora, la actitud de Etty no es ingenua, sabe que hay una situacióna la que ella y muchos de los suyos no pueden escapar, la muerte está ahí presente. El destino común es algo previsible por las medidas cada vez más fuertes a las que los judíos se están viendo forzados. Es consciente de que por más que se escondan,intenten huir y resistan, cientos“have to go” (11 de juliode 1942) a los campos,no hay opción. De nuevo, ante ese destino común, Etty es enfática en aceptar lo que aparece, no porque esté de acuerdo o quiera resignarse pasivamente ante los brazos de la barbarie, sino porque reconoce la vulnerabilidad, su condición humana y, tal vez, porque presiente cuál será su futuro próximo. Así afirma el 11 de julio:


I am only bowing to the inevitable, and even as I do so I am sustained by the certain knowledge that ultimately they cannot rob us of anything that matters (…). I know that whenever I may have to give to others, I can give it no matter where I am, here in the circle of my friends or over there, in a concentration camp (July 11th, 1942).


"Solo me inclino ante lo inevitable, e incluso mientras lo hago, me sostengo en el conocimiento cierto de que, en última instancia, no pueden robarnos nada de lo que importa (...). Sé que siempre que tenga que dar a los demás, puedo darlo sin importar dónde esté, aquí en el círculo de mis amigos o allá, en un campo de concentración" (11 de julio de 1942).


Podríamos entonces decir que el asumir su existencia, su vida como ser humano-espiritual, como mujer, amante, judía, profesora, amiga, narradora, le ha implicado acoger la vida con postura, abrazar sus destinos, para enfatizar la polisemia de este concepto. La noción de destino aparece acá como algo que marca, que viene dado, de lo que no se puede escapar, pero también como ese algo por lo cual se opta, se erige, se camina. Esa polisemia nos permite hablar de destino activo, como quien, en una obra, aunque tenga un libreto es capaz de improvisar, de decidir los tonos, los acentos y los colores que quiere expresar a través del papel que está recreando.


Saberse dueño de sí mismo, asumir la vida con heroísmo, afirmar nuestra libertad implica ser conscientes de que por acción u omisión siempre se toma postura, ¿desde dónde queremos enunciar y actuar en ese gran teatro que es la vida?, ¿desde el victimismo, desde la pasividad, o desde la responsabilidad y humildad de saberse humano con otros? Los llamados profundos del espíritu pueden denominarse destino, elección o de cualquier otra manera, lo importante acá es la formaen la que abrazamos la dualidad que implica vivir, sufrir, sentir el horror y la bellezaal mismo tiempo.


Vivir, desde la afirmación del verbo, implica tomar postura, aceptar, pero elegir cómo se quiere servir, si se quiere ayudar a alumbrar u oscurecer, ambas opciones son posibles. Etty eligió abrazar, arrodillarse y asumir el destino de entregarse a la vida con otra actitud, con la apertura amorosa de ser luz y Amor en medio de la oscuridad; de ser pan, bálsamo y servicio para sí, para los otros y para La Fuente, quien en todo se erige, se salvaguarda y nadie puede derrumbar.


Bibliografía


Etty Hillesum, An interrupted life and letters from Westerbork. Owl books, New York 1996.


Por Carolina Vargas




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